Los productos financieros y de financiación que ofrecen las entidades bancarias y financieras a sus clientes son muy diversos: préstamos personales, préstamos hipotecarios, tarjetas de crédito, líneas de crédito, depósitos… En todos ellos hay presente un denominador común: el interés remuneratorio aplicable, que el cliente o la entidad deberá satisfacer en una o varias cuotas a sus respectivos vencimientos junto con el capital prestado o dispuesto.
El aspecto fundamental de esos productos radica en el interés remuneratorio aplicable y la compresión por el cliente de la entidad. Dichas entidades en el momento de la comercialización indican dos tipos de intereses: el TIN y el TAE, pero pocas veces el cliente conoce cuál es la diferencia entre ambos, cómo se calculan y, lo más importante, qué repercusiones van a tener en su economía.
Sin embargo, ninguno de ellos es un claro reflejo real de la cantidad exacta que se deberá asumir el cliente. En ningún caso el porcentaje real sobre el capital no se corresponde con el porcentaje del TIN o el TAE. El TIN es un indicador informativo u orientativo del interés aplicable al producto, y el TAE no refleja en absoluto el porcentaje sobre el capital que el cliente va a tener que pagar en intereses, puesto que se tienen en cuenta para su cálculo también otros factores (plazo, comisiones, periodicidad de los vencimientos).
Y conforme establece el Banco de España en su página web “la diferencia entre el TIN (tipo de interés nominal) y la TAE (tasa anual equivalente) es que el TIN es el precio que la entidad cobra por prestar o que paga por depositar. La TAE incluye además del TIN, los gastos y comisiones asociados a los productos.”.
TIN
El Tipo de Interés Nominal o TIN es el interés que se aplica a un producto concreto (préstamos personales, préstamos hipotecarios, tarjetas, líneas de crédito, depósitos…) y nos indica qué cantidad en función del porcentaje aplicado se tendrá que pagar en concepto de intereses sobre el principal o la cantidad prestada. Pero para saber la cantidad total que el consumidor va a tener que pagar en total no es útil, para ello se utiliza el TAE, como veremos a continuación:
El TIN se calcula teniendo el cuenta el capital o principal del producto y el plazo para su devolución.
La fórmula para calcular el TIN, y utilizando a modo de ejemplo un préstamo con un plazo de amortización a dos años y un interés del 10 %, es la siguiente:
TIN: (1.000 X 0,10) ²
TAE
La Tasa Anual Equivalente o TAE es el tipo de interés aplicable en un producto concreto (préstamo personal, préstamo hipotecario, tarjeta o línea de crédito, depósitos…) que nos indica el coste real y efectivo que va a tener el mismo.
El TAE se calcula teniendo en cuenta todas las variantes que pueden afectar al producto: el tipo de interés nominal (TIN), el tipo de fraccionamiento de los pagos (anual, semestral, trimestral, mensual…), las comisiones aplicables y los gastos.
La fórmula que se aplica para el cálculo del TAE de un producto y realizándolo a título de ejemplo a un plazo de amortización de tres años, vencimientos semestral y con un TIN del 10 %:
TAE= (1+ 0,10:2)² – 1
No obstante, existe en la web de Banco de España una calculadora del TAE para poder realizar este tipo de operaciones y el cliente sepa cuál es el coste real.
Sin embargo, es importante destacar que las entidades bancarias y financieras deben cumplir con la obligación de la transparencia a la que están sometidas (Directiva 93/13, Texto refundido de la Ley General de los Consumidores y Usuarios, Ley 7/98 sobre las condiciones generales sobre la contratación y Código Civil)especialmente cuando el cliente es un consumidor y usuario. Para cumplir con dicha obligación el cliente debe ser conocedor de las consecuencias jurídicas y económicas de la operación, no siendo suficiente que conozca una de las dos.