Las solicitudes de traslado más comunes se realizan para cumplir la condena en un centro penitenciario más cercano a su residencia habitual o a la de sus familiares más próximos.
Por lo establecido anteriormente, los penados a la privación de libertad pueden y tienen derecho a ser trasladados de centro penitenciario, pero ese nuevo destino debe ser adecuado al tratamiento, a su buen éxito y a la reinserción y reeducación de los mismos.